Con la llegada de la temporada de invierno, aumentan fácilmente los problemas relacionados con el transporte de productos especialmente sensibles a las bajas temperaturas, como ciertos medicamentos que deben respetar determinadas condiciones térmicas para su correcta conservación.
Si consideramos las vacunas, por ejemplo, encontramos algunos tipos que son muy sensibles a las variaciones de temperatura, y su posible exposición a la congelación puede disminuir su eficacia.
La posibilidad de advertir a los médicos, enfermeros y personal sanitario de que una vacuna, antes de ser utilizada, ha sufrido variaciones de temperatura durante el transporte, es muy importante para evitar que el medicamento se utilice sin ninguna garantía de eficacia.
Entre las innumerables soluciones que ofrecemos para resolver los problemas relacionados con la conservación durante el transporte y el almacenamiento se encuentran los indicadores y registradores de temperatura. Estos productos y dispositivos están concebidos y diseñados para alertar al personal sanitario, de forma sencilla e inmediata, de una posible variación de la temperatura, garantizando así el uso de una vacuna eficaz.
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